A través de un hechizo de hielo podemos deshacernos de malos hábitos, la forma de hacerlo es la siguiente:
Toma un poco de agua y con tus manos indícale al agua el mal hábito que te quieres disolver. Ahora ponla a congelar (lo mejor es tomar una rejilla para hacer hielos y hacer esa rejilla completa con el agua a la que le has compartido el mal habito) una vez congelados, los sacas y así congelado dices:
Tomo estos malos hábitos que se han endurecido y congelado en mí, los alejo con mi más clara intención para que sean disueltos y dispersados, dejándome libre de seguirlos cargando. Hecho esta.
Arrójalos tan lejos como puedas date la vuelta y sin mirar atrás, aléjate de ellos. Mientras ese hielo se disuelve, pierde fuerza el mal hábito en ti, ahora te será más fácil encontrar la voluntad y la forma para hacer el cambio.